martes, 15 de mayo de 2012

SUEÑO


-          Mamá, abrázame, dame amor, ¿no ves que no soy feliz?.

Despertar no cambia nada. Pero por suerte nadie se entera. Sin esos espacios de aire, ¿A dónde irían a parar mis gritos de auxilio?.  Fracasa mi mente en otro intento de escape.  El cuerpo que sobrevivió al motín se lava la cara y el espejo atraviesa mi figura y refleja la pared.

En el camino del baño a la cocina me cruzo con mi sueño, lo reconozco y lo acepto como mío. También están los labios que no encontraron su rostro, un instante antes de despertar. Tengo los dientes apretados, como si eso ahuyentara el ruido, el ruido que hace el cerebro cuando no deja de pensar.
Que las relaciones se llenen de mierda, no tiene que ser visto como normal. Los buenos tiempos, se llenan del brillo de fósforos que prendo para que no pierdan su fulgor, me quemo los dedos, me muero de frío.
Lo jodido del temer al olvido, es que es lo único que el tiempo no puede curar.

Si un día no puedo despertar, si es por mí que no aguanto más, ¿alguien escuchará mis gritos de auxilio?





1 comentario:

  1. "Despertar no cambia nada. Pero por suerte nadie se entera. Sin esos espacios de aire, ¿A dónde irían a parar mis gritos de auxilio?. Fracasa mi mente en otro intento de escape"


    yo te escucho mujercita! :)

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